Los principales partidos de la oposición en Venezuela han acusado al Gobierno de Nicolás Maduro de «imponer» a través del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) a los nuevos rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE) y han adelantado que no reconocerán los resultados de las elecciones parlamentarias que puedan celebrarse bajo este marco este año.
El TSJ dio la semana pasada un ultimátum a la Asamblea Nacional para entregar una lista con candidatos al CNE, pero finalmente el órgano judicial, controlado por el chavismo, tomó la iniciativa y designó a una terna de rectores. Según la oposición, se incurrió en «gravísimas irregularidades».
Los partidos mayoritarios de la oposición, entre ellos Voluntad Popular –del que forma parte el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó–, Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo y Primero Justicia, han unido sus voces para denunciar la «ilegitimidad» en la renovación del órgano electoral.
«Da al traste con la necesidad que tiene el país de contar con un árbitro electoral imparcial y equilibrado», primer paso de cara a la celebración de una votación «legítima, justa y transparente» en Venezuela, han advertido las formaciones, que han reclamado precisamente «una elección presidencial libre y justa» para superar la «grave tragedia» que atraviesa el país.
Por este motivo, han rechazado «de manera firme y categórica» la renovación impuesta en el CNE, en la medida en que lo ven como un paso previo para convocar «una farsa electoral parlamentaria» que supondría la renovación del único órgano controlado actualmente por la oposición sin unas «condiciones mínimas» de garantía democrática.
Asimismo, han acusado al régimen de «robar» a los principales partidos opositores sus símbolos para entregárselos a «falsos líderes» que «han sido comprados por la dictadura y sin la más mínima vergüenza», en alusión al acercamiento de grupos minoritarios a la órbita del Gobierno de Maduro.
LA OPOSICIÓN SE DESMARCA
Los «partidos democráticos», como se define esta alianza, han dejado claro que no reconocerán «ninguna farsa electoral montada por la dictadura para su propia conveniencia, ni mucho menos los resultados dados por unos supuestos rectores elegidos a dedo por el dictador a través de su legión de juristas del horror».
No sería la primera vez que estas formaciones se desmarcan de una votación, puesto que ya en 2018 rechazaron participar en los comicios presidenciales que supusieron la reelección de Maduro y cuya validez no reconocen tampoco medio centenar de países, para los cuales Guaidó es el presidente legítimo.
La oposición se ha mostrado partidaria de seguir respondiendo a la «irresponsabilidad» y el «abuso» de la «dictadura» con más «presión», tanto a nivel interno como externo, «a favor del cambio que tanto necesita Venezuela».