Venezuela ha denunciado ante Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad la ‘Operación Gedeón‘, la fallida incursión de un grupo de mercenarios que tendría como objetivo derrocar al presidente del país, Nicolás Maduro.
En una carta de 13 páginas enviada al secretario general de la ONU, António Guterres, el Ministerio de Exteriores de Venezuela informa de que «entre los días 3 y 4 de mayo, grupos armados de mercenarios y terroristas, entrenados, financiados y protegidos por los gobiernos de Colombia y Estados Unidos, ingresaron de forma ilegal al territorio venezolano con el objetivo declarado de perpetrar actos criminales contra nuestro pueblo».
También de «ejecutar el asesinato del presidente, Nicolás Maduro, destruir el sistema de libertades y derechos de nuestra nación independiente y soberana» con la finalidad de «imponer un régimen violento de saqueo colonial nunca antes visto en nuestra historia», según la misiva, firmada por el representante permanente de Venezuela ante la ONU, el embajador Samuel Moncada.
De acuerdo con Maduro, «un grupo de mercenarios y terroristas» entrenados en Colombia con el apoyo de Estados Unidos intentaron entrar la madrugada del 3 de mayo en Venezuela por las costas de Macuto, pero se toparon con las tropas venezolanas. Al menos ocho murieron y más de 30, incluidos dos estadounidenses, fueron detenidos.
La Fiscalía venezolana sostiene que la incursión naval forma parte de la ‘Operación Gedeón’, que define como un nuevo intento del autoproclamado «presidente encargado» de Venezuela, Juan Guaidó, para derrocar a Maduro por la vía militar, para lo cual habría firmado un contrato de 212 millones de dólares con Silvercorp.
El lunes presentaron su dimisión Juan José Rendón y el diputado Sergio Vergara, dos asesores de Guaidó que reconocieron haber contratado a la empresa estadounidense Silvercorp para lanzar la operación y derrocar al Gobierno de Maduro.
Guaidó, como Estados Unidos y Colombia, se ha desmarcado por completo de la incursión naval y ha acusado al ‘chavismo’ de montar una nueva «olla» (montaje) para desviar la atención de los problemas internos, entre los que cuenta la pandemia de coronavirus.