El Mercosur atenuó el jueves tensiones internas al ratificar que sus países podrán avanzar a ritmos diferentes en las relaciones internacionales sin afectar al bloque, informó la cancillería argentina.
El objetivo será «encontrar el mejor mecanismo que tenga en cuenta los intereses de cada país en las negociaciones externas, a sabiendas de que la mejor solución siempre será el resultado del acuerdo de todos los miembros», dijo la dependencia en un comunicado.
Los coordinadores nacionales del Mercosur acordaron en una reunión de videoconferencia la búsqueda «de soluciones conjuntas que permitan a los países del bloque avanzar a ritmos diferenciados en la agenda de relacionamiento externo, teniendo en cuenta la situación económica interna de la Argentina y el marco internacional», añadió.
La piedra de la discordia había sido lanzada hace cinco días cuando Buenos Aires dijo que no estaba dispuesta a dar pasos hacia acuerdos de libre comercio con Corea del Sur, Canadá, Singapur y El Líbano.
Brasil, Paraguay y Uruguay coincidieron, en cambio, en que esas negociaciones debían continuar y no ocultaron su malestar.
En el comunicado de esta jueves «la Argentina reafirmó al Mercosur como mecanismo sustantivo de integración regional».
El argumento argentino hace unos días era que la competitividad de aquellas economías podría dañar aún más la producción casi paralizada por la pandemia del coronavirus.
«Es un hecho sin precedentes. Vamos a tener que usar mucho ingenio para atender esta situación», había declarado con sorpresa y desagrado el viceministro de Relaciones Económicas Internacionales paraguayo, Didier Olmedo.
Pero el canciller argentino, Felipe Solá, dijo el miércoles ante el Senado que «Argentina no se levantó de ninguna mesa» y lo atribuyó a «inventos de la oposición».
Argentina había expresado en aquel rechazo que, por el contrario, mantenía su fe en los acuerdos alcanzados con la Unión Europea (UE). El bloque europeo se manifestó complacido por la decisión de mantener esos compromisos.
El Mercosur necesitó ser más explícito sobre su futura estabilidad y los coordinadores pactaron este jueves intercambiar documentos el 5 de mayo y volver a reunirse el día 7.
El comunicado también aclaró que «respecto al eventual acuerdo con Corea del Sur, diversas entidades que representan a los sectores productivos manifestaron formalmente sus objeciones en relación al efecto que podría tener en el tejido industrial, sobre todo en el marco de la crisis global generada por el covid-19».
La solución será mantener consultas permanentes con sectores industriales y comerciales de la región, se subrayó en la nota.