El ministro de Economía argentino, Martín Guzmán, ha reconocido que hay «mucha tensión y frustración» con los acreedores de deuda privada del país, puesto que la economía no ha tenido un buen rendimiento y se ha producido un colapso.
«Hay mucha tensión y frustración porque los bonistas apostaron por la Argentina y la economía no anduvo bien y fue un colapso económico. Es normal que haya tensiones y cada uno defiende sus intereses. Nosotros hacemos promesas que se pueden cumplir y por eso es de buena fe», ha explicado el ministro en una entrevista con ‘Televisión Pública Argentina’.
Guzmán ha señalado que esta semana continuarán las conversaciones o ‘road show’ con los bonistas de manera virtual acerca de la oferta de reestructuración de deuda. «Lo que buscamos es darles las condiciones a Argentina para que se pueda poner de pie, para que la economía, una vez pasado el coronavirus, pueda crecer», ha asegurado.
El titular de Economía ha señalado que la oferta refleja lo que Argentina puede pagar, y que si bien los intereses de los bonistas es cobrar y sacar los máximos intereses posibles, el interés de la Administración de Alberto Fernández es proteger a los argentinos y argentinas.
Por otro lado, Guzmán ha descartado un mayor aumento fiscal sugerido por los acreedores, alegando que no es sostenible. «En los últimos cuatro años, el gasto público primario se contrajo en 6,5% del PIB y eso no funcionó», ha recordado.
Por último, Guzmán ha mostrado su apoyo al proyecto de ley que plantea un impuesto a las grandes fortunas en el país, afirmando que Argentina tiene restricciones de financiación y es necesario buscar otras vías para obtenerla.
«Por eso se le pide un esfuerzo de solidaridad a sectores que tienen capacidad. Nosotros apoyamos el proyecto de impuesto a la riqueza pero necesitamos cierto financiamiento para atender a los sectores más vulnerables», ha apostillado.