El Gobierno de Nicolás Maduro ha relanzado la cooperación bilateral con Irán para paliar la falta de combustible en el país con los mayores yacimientos de crudo del mundo, que viene a agravar la situación humanitaria de la nación caribeña en plena pandemia, según han informado varias fuentes a la agencia de noticias Bloomberg.
Venezuela atraviesa una grave crisis política, económica y humanitaria que el coronavirus, que ya ha dejado 311 casos confirmados y una decena de muertos en el país, amenaza con empeorar aún más.
Maduro atribuye la coyuntura económica a las sanciones estadounidenses, que según él hacen casi imposible que el Gobierno se abastezca de bienes en el exterior. Lo cierto es que las acciones del Tesoro contra la petrolera rusa Rosneft han hecho que la potencia euroasiática suspenda sus suministros a Venezuela.
Así, han vuelto las largas colas a las gasolineras venezolanas para conseguir combustible ante la atenta mirada de soldados armados que vigilan que la situación no se salga de control. Mientras, la petrolera estatal, PDVSA, con una tecnología obsoleta, lucha por mantener sus operaciones.
Este nuevo giro de la crisis venezolana ha acercado a Caracas a un antiguo aliado, Teherán, que se queja igualmente del impacto de las sanciones estadounidenses en su economía. De acuerdo con dichas fuentes, ha empezado a enviar componentes y trabajadores para resucitar el sector petrolero de Venezuela e incluso sopesa enviar cargamentos de gasolina.
Maduro y su homólogo iraní, Hasán Rohani, mantuvieron la semana pasada una conversación telefónica en la que ambos reafirmaron sus planes de continuar con la cooperación bilateral en materia energética, financiera y agraria, entre otros campos.
Desde entonces, la aerolínea iraní Mahan Air, también objeto de las sanciones estadounidenses, ha volado al norte de Venezuela con gasolina, así como con componentes y técnicos para reparar una de las mayores refinerías del mundo, la planta de PDVSA de Amuay, de acuerdo con estas fuentes.
El suministro de combustible es vital para Venezuela, cuyos habitantes están acostumbrados a llenar el depósito del coche por un precio irrisorio que ahora se ha disparado, especialmente en un contexto de pandemia.
«Lo que es atroz e inconcebible es que un país con las mayores reservas petroleras del mundo tenga que recibir ayuda humanitaria de Irán», ha dicho a Bloomberg Carlos Vecchio, el embajador en Estados Unidos del autoproclamado «presidente encargado» de Venezuela, Juan Guaidó.
Vecchio ha denunciado que los socios de Maduro estarían usando estos tratos comerciales para lucrarse y ha advertido de que todos los implicados en los negocios con Irñan se exponen a sanciones.