El Gobierno de México ha descartado que se vayan a incinerar los cadáveres de las personas fallecidas por coronavirus ya que, aunque asume que en términos sanitarios podría ser lo más recomendable, alega que esta práctica contravendría la Ley General de Víctimas, aprobada por el elevado número de desapariciones forzosas.
Dicha ley estipula «conservar los bienes objeto de aseguramiento cuando éstos le hayan sido devueltos o puestos bajo su custodia, así como no cremar los cuerpos de familiares a ellos entregados, cuando la autoridad así se lo solicite, y por el lapso que se determine necesario».
El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, ha explicado públicamente que, en virtud de dicha ley, «resulta improcedente el considerar la cremación a pesar de que en términos sanitarios sea recomendable».
«La cremación no debe ocurrir porque en todo momento se tiene que tener la posibilidad de buscar a las personas desaparecidas», ha añadido, esgrimiendo que la cremación podría «interferir» con los procesos que lleva a cabo la Comisión Nacional de Búsqueda, dependiente del Ministerio de Gobernación (Interior).
López-Gatell ha avanzado que próximamente se publicará un acuerdo entre lo departamentos de Gobernación y de Salud en relación al tratamiento de los cuerpos de los fallecidos por la pandemia, que suma más de 400 muertos y unos 5.400 casos confirmados en México.