El ex guerrillero del Ejército de Liberación Nacional (ELN) ‘Francisco Galán’, al que el Gobierno de Colombia ha designado «promotor de paz» para intentar retomar el diálogo con el grupo armado, ha pedido este miércoles a sus antiguos compañeros que hagan de la tregua unilateral de un mes declarada por el coronavirus un alto el fuego indefinido.
Horas después de salir de la cárcel Bellavista, donde estuvo recluido en el Pabellón 16 durante 39 días, alias ‘Francisco Galán’ le envió un mensaje a la guerrilla del ELN. Dijo que el cese al fuego no debe ser por días, como está decretado, sino que debe ser indefinido.
«Le pido a mis ex compañeros del ELN que no solamente hagan un cese al fuego por 30 a días, sino que sea indefinido para evitar que la guerra, la peste y el hambre se junten en la vida. El ELN debe declarar cese indefinido al fuego», ha dicho nada más salir de la cárcel de Bellavista, en declaraciones recogidas por Blu Radio.
‘Francisco Galán’ fue detenido el pasado mes de febrero por un caso de secuestro pero, en una acción coordinada por a Defensoría del Pueblo, ha sido puesto bajo arresto domiciliario, según informa el diario colombiano ‘El Tiempo’.
Además, ha revelado que él y Felipe Torres, el otro ex guerrillero del ELN al que el Gobierno ha designado «promotor de paz» propondrán a los insurgentes llegar a acuerdos de alto el fuego por territorios.
«Intentemos resolver este conflicto por zonas. Es necesario convenir con el ELN en Chocó, con las (unidades) de Arauca y las de Catatumbo o el sur del país en Cauca o Nariño convenios particulares de cese al fuego y suspensión del conflicto», ha dicho.
El ELN anunció el lunes una tregua unilateral para abril como «gesto humanitario» ante la pandemia de coronavirus. El Gobierno de Iván Duque ha considerado que «no basta» y, además de una tregua indefinida, ha pedido al ELN que cumpla los requisitos fijados para reanudar el diálogo de paz: que cese su actividad criminal y libere a los secuestrados.
El último diálogo de paz con el ELN, que comenzó en febrero de 2017 con el Gobierno de Juan Manuel Santos, se rompió dos años después, ya con Duque en la Presidencia, tras el atentado perpetrado por la guerrilla contra una escuela de cadetes de Bogotá, que se saldó con 22 muertos y cerca de 90 heridos.