Ciudad de México es este domingo escenario de protestas opositoras, que reclaman principalmente por la creciente violencia criminal al cumplirse el primer año de gobierno del izquierdista Andrés Manuel López Obrador, quien de su lado encabezará una celebración masiva con sus seguidores.
El mandatario de 66 años llega al primero de sus seis años de gobierno con una popularidad que se mantiene en niveles de 60% pero que se ha visto mermada en los últimos dos meses, sobre todo por el recrudecimiento de la violencia ligada al narcotráfico, principal preocupación de los mexicanos
Miles de seguidores se encontraban reunidos por la mañana en el Zócalo (plaza central), donde justo al mediodía López Obrador dirigirá un mensaje a la multitud.
El mandatario reconoce la lucha contra la criminalidad como uno de los mayores desafíos de su gobierno.
Entre el sábado y la madrugada del domingo, fuertes balaceras en el norteño estado de Coahuila entre fuerzas del orden y presuntos miembros del cartel del Noreste, surgido del violento grupo criminal Los Zetas, dejaron 21 muertos, entre ellos cuatro policías.
Organizaciones críticas al presidente y el conservador Partido Acción Nacional convocaron una manifestación también al mediodía en el turístico paseo de la Reforma contra los índices de criminalidad.
En esta protesta se espera participe Julián LeBarón, uno de los líderes de una comunidad mormona que está de luto luego de que a principios de noviembre nueve de sus miembros, tres mujeres y seis niños, fueron masacrados por presuntos pistoleros del narcotráfico.
López Obrador enumeró esta semana los momentos más difíciles que ha enfrentado en su primer año de gobierno, entre ellos el ataque a los mormones de origen estadounidense pero establecidos en el norte de México desde hace varias generaciones.
Los mormones pidieron a la Casa Blanca que designe a los narcotraficantes como terroristas y el martes el presidente estadounidense Donald Trump dijo que así lo hará, lo que en México ha sido interpretado como una potencial intervención estadounidense, incluso armada.
López Obrador advirtió el viernes que «extranjeros armados no pueden intervenir» en México, aunque matizó que «no hay nada que temer» pues afirma que el presidente Trump siempre se ha mostrado «respetuoso» y que existe una relación de «amistad y cooperación» entre ambos.
Otro momento complicado evocado por López Obrador fue la frustrada operación para capturar, el 17 de octubre, a Ovidio Guzmán, hijo del capo Joaquín «Chapo» Guzmán, condenado a cadena perpetua en Estados Unidos.
Según las encuestas, la creciente violencia es lo que más descontento causa entre los mexicanos y López Obrador reconoce que es su mayor pendiente, aunque subraya que fue «heredado» de otros gobiernos que lanzaron una estrategia militar antidrogas.
