Negociadores de alto rango de Estados Unidos, México y Canadá se reúnen este miércoles en Washington para dar los últimos retoques al nuevo acuerdo regional de libre comercio T-MEC, que debe aprobarse en el Congreso estadounidense.
El principal negociador de México, Jesús Seade, dijo que las conversaciones parecen estar en la recta final para la aprobación del Tratado de Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC), negociado a instancias del presidente estadounidense Donald Trump para reemplazar el TLCAN vigente desde 1994.
Seade y el representante de Comercio de Estados Unidos (USTR), Robert Lighthizer, se reunieron durante toda la mañana en la capital estadounidense para analizar el texto. Ambos hablaron por teléfono con su contraparte canadiense, la viceprimera ministra y excanciller Chrystia Freeland, quien es esperada esta tarde para una reunión trilateral.
El encuentro cara a cara de esta tarde tiene como objetivo repasar los cambios exigidos por los legisladores del Partido Demócrata de Estados Undios que controlan la Cámara de Representantes, para incluir disposiciones más estrictas sobre normas laborales y leyes ambientales, entre otros reclamos.
Tras arduas negociaciones, el T-MEC fue sellado en noviembre pasado por los tres países. Pero hasta ahora solo fue confirmado en junio por el Senado mexicano, y Canadá dijo que ratificaría el acuerdo al mismo tiempo que Washington.
«Estuvimos platicando las propuestas y todo parece estar yendo en la dirección correcta», dijo a periodistas Seade, subsecretario de México para América del Norte.
«Es hora de que lleguemos a un acuerdo», agregó, aunque se negó a especular sobre una fecha para la aprobación final.
El gobierno de Trump ha estado en duras conversaciones con el Congreso durante meses tratando de obtener respaldo en la Cámara baja. El trámite en el Senado, donde el Partido Republicano del presidente tiene la mayoría, se prevé ágil.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo el lunes que lo discutido había mejorado «sustancialmente» las condiciones para los trabajadores estadounidenses y que ahora restaba ver la redacción del USTR para la revisión final.
«El borrador del TLCAN 2.0 carecía de los mecanismos concretos y efectivos de aplicación necesarios para garantizar que el acuerdo se convirtiera en algo más que una lista de promesas en papel», afirmó Pelosi, quien a principios de este mes dijo que le gustaría que el T-MEC se aprobara este año.
El nuevo TLCAN modifica las reglas sobre el comercio automotriz y digital, la propiedad intelectual y los sistemas de solución de controversias para los inversores, así como la normativa laboral mexicana. Este ha sido el punto de mayor fricción con Estados Unidos, dado que los sindicatos han puesto en duda que México imponga las reformas que exige el pacto.
«Cuando lleguemos a un acuerdo, sin duda habrá una gran mejora con el acuerdo firmado originalmente», aseguró Seade.
Las adiciones o enmiendas al pacto podrían hacerse en forma de una carta o anexo.